viernes, 22 de febrero de 2013

EL ALMA


Como todos sabemos, el alma es algo inmaterial, que necesita de un cuerpo material o inmaterial a través del cual actuar. Ambos, el alma y el cuerpo se necesitan mutuamente, ya que el cuerpo es el medio (el vehículo), a través del cual el alma puede moverse.
Antes de seguir leyendo este post, os recomiendo leer las siguientes entradas, a partir de las cuales me basaré para escribir este post: EL SER HUMANO EN SUS ORIGENES, ¿PERCIBIMOS LA REALIDAD CON 5 SENTIDOS?, ¿PERCIBIMOS LA REALIDAD TAL Y COMO ES?, CONCLUSIÓN DEL SEXTO SENTIDO, LA VIDA, ¿HAY ALGO MÁS IMPORTANTE QUE LA VIDA?, LA FELICIDAD, y leer en general las entradas correspondientes al capítulo 2.
Para empezar voy a definir el alma como la intención por la cual algo se hace, por ejemplo en la entrada anterior EL BIEN Y EL MAL, ponía el ejemplo de cómo 2 acciones completamente iguales como era la de matar a una persona eran a la vez completamente diferentes. La diferencia entre ambos casos es que en el primer apartado la acción de matar ha sido motivada por la intención de matar y en el segundo, por la intención de salvar vidas.
Dichas intenciones han necesitado de la acción de matar para manifestarse, la acción es el cuerpo de en el que está contenida dicha intención que es alma, y a pesar de que ambos cuerpos son iguales, hay algo diferente, que es el alma que encarna esos cuerpos (inmateriales en este caso) en forma de acciones.

Otro ejemplo de alma, sería por ejemplo, el mensaje que un director de cine puede dar a través de su pelicula, el mensaje que quiere transmitir un escritor a través de su libro, las conversaciones que tengamos con la gente que nos rodea... En definitiva todo aquello que nos haga interactuar entre nosotros, ya que estos mensajes que intercambiamos, nos influyen y nos hacen crecer, pasan a formar parte de nosotros.
Esto explicaría por ejemplo, cómo a veces sabemos afrontar una situación porque nos acordamos de alguien a quien admiramos y nos sentimos fuertes para afrontar esa situación, aunque esa persona no esté allí materialmente, y posiblemente ni siquiera viva, pero la sentimos como si estuviese allí. Esto es debido a que la identidad de esa persona, es decir, aquello que define a esa persona, ha pasado a formar parte de nosotros, es decir, que esa persona, vive eternamente como recuerdo en nuestra mente, en otras palabras, que nuestro cuerpo se ha convertido en el recipiente de esa parte de su alma que ahora pasa a formar parte de la nuestra también.
Si habéis leído las entradas a las que he hecho referencia antes, podréis ver que lo que nos diferencia de los animales es que nosotros hemos sido creados para autorrealizarnos y alcanzar la felicidad, somos seres imperfectos. Al haber sido creados con esa intención, se ha depositado sobre nosotros esa alma, que es justamente Dios, esta es su forma de estar presente en nuestras vidas, luego profundizaré sobre ello.
¿Y cómo nos autorrealizamos?
A través de los valores morales que he ido describiendo a lo largo de este libro, y es la razón por la cual digo que son más importantes que la propia vida, porque son los que le dan importancia a la vida.
      
     El cielo y el infierno serían estados del alma, más adelante profundizaré sobre ello.
     VOLVER AL CAPÍTULO 4

No hay comentarios:

Publicar un comentario