Vamos a empezar comparando a una persona mentalmente
sana con otra que no lo esté, que por ejemplo tenga esquizofrenia paranoide;
ambas personas van a estar encerradas en una habitación en la que solo están
ellos dos, la persona mentalmente sana percibirá que hay solamente 2 personas
en esa habitación, mientras que la otra vamos a suponer que está teniendo una
alucinación y que está percibiendo que hay 3 personas en la habitación.
Vale, ahora vamos a imaginar una situación en la que
solo hay personas mentalmente sanas, muchas veces ocurren en nuestra vida
malosentendidos, vemos intenciones en el otro cuando en realidad son distintas,
y podemos estar sin hablar y de mal humor con esa persona un buen tiempo.
Cuando decidimos hacer las paces con esa persona y hablar sobre lo ocurrido de
una forma sincera y serena, la opinión que teníamos cambia. Esto parece ser que
ocurre porque no percibimos la realidad tal y como es, sino que lo que hace nuestra
mente es contarnos una historia que sea coherente con los datos que tenemos
sobre lo que nos rodea. Cuando esos datos cambian, también lo hace la historia
que nuestra mente nos cuenta.
Volviendo al ejemplo de las dos personas que decidían
perdonarse y hacer las paces, muchas veces nos ocurre que cuando nos cuenta el
otro sus intenciones en seguida recordamos que es verdad eso que hizo y decimos
aahhh, pues es verdad.
A todos nos ocurre esto dentro de un rango normal, si
nos salimos de ese rango normal, entonces pasaríamos a estar mentalmente
enfermos, tal y como ocurría en el ejemplo del primer párrafo.
Por eso es muy importante la comunicación y saber
escuchar a los demás, aprender a superar los prejuicios, porque si uno no
aprende a hacerlo, poco a poco se va saliendo de ese rango y llegará el momento
en que pierda la cabeza.
También ocurre lo mismo con muchos temas polémicos, en
los que muchas gente opina sin estar informada y sin pensar, mientras que los expertos
sobre un determinado tema suelen tener la misma opinión sobre dicho tema.
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